El gasto en subsidios en Europa para afrontar las facturas de energía supera los 700.000 millones de euros, mientras sigue sin resolución el diálogo entre los países de la Unión Europea (UE) para fijar un precio máximo al petróleo ruso.
Los países de la UE destinaron y asignaron unos 600.000 millones de euros de ayuda desde septiembre de 2021 para proteger a los consumidores de la suba de los costos, lo que supone una suba de 50.000 millones de euros respecto del mes pasado, según la agencia Bloomberg.
Las medidas en el Reino Unido y Noruega añaden 105.000 millones de euros a ese total, mientras la región sigue lidiando con las consecuencias de la guerra en Ucrania.
Las discusiones se producen en un momento en el que las temperaturas serán «inusualmente frías» en el norte del continente la próxima semana, según el pronosticador Maxar.
En tanto, las últimas cifras aumentarán la presión sobre la UE para que acuerde un tope de precios para el gas antes de la Navidad.
El gasto es casi equivalente al programa de emisión conjunta de bonos de la UE, lanzado para ayudar a amortiguar la economía de la región de la pandemia de coronavirus.
Ante ello, el centro de estudios Bruegel pidió a la UE que creara un fondo para la crisis energética para ayudar a combatir la crisis y equiparar los posibles efectos sobre los resultados de los países.
Precio del petróleo
Mientras tanto, los miembros de la UE debatieron este lunes si establecen un tope de hasta US$ 62 por barril a las exportaciones de crudo ruso, luego de que varios países exigieran ejercer más presión sobre Moscú, pero las conversaciones siguen estancadas.
La UE propuso inicialmente limitar el precio del petróleo ruso a US$ 65 dólares por barril, pero como Rusia ya vende su crudo con descuento, los niveles de tope que se debaten son todos superiores a los actuales del mercado, que rondan los US$ 52, según Bloomberg.
Los países que abogan por un precio más bajo, como Polonia y los bálticos, quieren que se añada al instrumento un mecanismo de revisión de precios posterior y un plan más firme sobre un nuevo paquete de sanciones a Rusia; en tanto, los navieros, como Grecia y Chipre, pidieron un precio más alto para el techo.
El debate por el tope del petróleo tiene como objetivo intentar mantener el flujo de petróleo ruso y limitar los ingresos de Moscú, previo a la entrada en vigor de las nuevas sanciones europeas el próximo 5 de diciembre.
El plan prohibiría el transporte marítimo y los servicios necesarios para transportar el petróleo ruso (intermediación, asistencia financiera y seguros), a menos que se compren por debajo del umbral de precio acordado.
Un acuerdo de la UE allanaría el camino a los Estados miembros del G7, que dejarían de importar crudo ruso a fines de 2022; mientras que en febrero de 2023 se prevén restricciones similares, incluido un tope de precios para otros productos petrolíferos.